Tomado de: http://www.diariouno.com.ar/ovacion/blog/2009/10/16/la-corrupcion-y-los-exabruptos/
La corrupción y los exabruptos
por Nacho Rodríguez
12:58 Fútbol Selección
Octubre 16, 2009
Hace unos días, mientras compartía una cena con amigos, un francés que comía con nosotros dijo “el problema de la Argentina es siempre el mismo: todos quieren sacar una tajada”. Ya lloró un Presidente latinoamericano y vecino al pedir disculpas por haber llamado a los argentinos ‘ladrones’ y hace pocos días un candidato del mismo país hermano llamó a un ex Presidente nuestro “mafioso y ladrón”. No me gusta mucho que los de afuera se metan en los problemas nuestros pero la verdad que de vez en cuando estaría bueno que escuchásemos al otro, sea de donde sea, antes de seguir.
Diego Armando Maradona es uno de los pocos mitos vivientes que conserva nuestro país. Muchos se miran en él cuando se habla de ídolos nacionales. Ni hablar lo que sueñan los padres de los chicos que practican el deporte de patear la pelota, anhelan que Dios los ilumine y les de algún ‘Diego Maradona’ a su familia. Viajar al exterior es sinónimo de que en algún paraje, de la China o de Cuba; de Rusia o de Londres te van a decir “Argentina, Maradona”. Son sinónimos. Diego hace unos días aseguró que él no recibe “sugerencias”. Un acto que no tiene mucho que ver con la humildad. La humildad de sus raíces, de su familia, la misma que jugó un papel fundamental en la construcción del ídolo inmenso que significa Diego Maradona para el país.
El técnico de la Selección Argentina de Fútbol es, ante todo, un referente social. Dirige a los mejores jugadores de fútbol del país, los que se quedaron a jugar acá y los que viven en el exterior. Dirige en definitiva a un puñado de futbolistas que juegan en clubes. Los clubes otrora solían ser espacios de recreación, de juego, de inserción social. No es Diego Maradona un hombre que deba moverse por pulsiones al detentar el poder que tiene, es un hombre que le debe respeto al país que tiene un modelo de fútbol estatizado bastante polémico pero que si algo pudiera justificarlo es la significación que el fútbol tiene en el entramado colectivo del país. Es el ocio de una gran mayoría -el partido de Argentina versus Uruguay tuvo picos de 53 puntos de rating, más de cinco millones de espectadores sólo en el área metropolitana- y por eso es casi una cuestión de Estado.
No es buen ejemplo para ningún argentino ver a Maradona tratar al periodismo de forma déspota. No es buen ejemplo de los líderes sociales o políticos estar en actitud defensiva o violenta frente al periodismo. El periodismo, como cualquier otra actividad cercana a las ciencias humanas, requiere de un posicionamiento de basamento ideológico. Hay periodistas de derecha y de izquierda. Los hay también de centro. Cada vez son menos los periodistas reaccionarios, pero los hay. En el deporte puede haber periodistas pro y periodistas contra algo. Eso es legítimo, eso es el periodismo. En definitiva el periodismo no hace más que mostrar y representar ideológicamente a las miles de partes ideológicas en las que se divide un país, en este caso la Argentina.
Ver a nuestros líderes apuntar contra el periodismo porque habla, porque dice, porque opina es preocupante. Los periodistas muchas veces también forman parte de lo que se llama en los medios ‘operaciones’: decir lo que hay que decir para cumplir con un objetivo que busca dañar a alguien para beneficiar a otro. Incluso en esos casos no está justificado el ataque a la prensa. Los líderes no pueden detener un minuto de su marcha porque los miren y hablen de ellos. En tal caso son ellos los que al elegir ponerse al frente de algo saben que se exponen ¿o lo ignoran?. Y si se corrompen y se filtra el caso de corrupción y un medio lo quiere contar y un periodista lo cuenta, se la tienen que bancar. Y si se comportan con exabruptos injustificados y se amplifica y da vuelta al mundo y pasa a ser más importante incluso que la noticia importante (’Argentina clasificó’ quedó en segundo lugar de las noticias ya que los dichos del técnico del seleccionado ocuparon las marquesinas) y un periodista se enoja, se la tienen que bancar. No pretenderán que a los hechos de corrupción y a los exabruptos les siga el silencio obsecuente de todos. Eso también sería corrupción y un enorme exabrupto.
Fecha de consulta: 17 de octubre 2009. 05:19PM.